EL POETA CIEGO ,UN ESCRITOR MANCO Y UN ANTIMUNDO PERFECTO


l'épaisseur des roses jaunes



I

Hacía buen tiempo que el papel estaba sin ninguna letra en su superficie virginal y media hora que el seguía en la misma posición. Estar acostado ahí parecía incómodo a simple vista, pero al menos de lo que se trataba era de buscar algo original para poder así continuar con la inspiración algo nula que le quedaba. La lámpara de plástico que colgaba sobre su cabeza en realidad no le ayudaba demasiado , pero aún así el que más podía hacer, él seguía ahí acostado sin nisiquiera poder escribir un solo verso, una sola estrofa, un desgarrador madrigal, o una redondilla jocosa, mucho menos un villancico o una oda hacia algo común.
El papel seguía ahí sin hacer nada, era lo único que le hacía compañía pero aún así el dentro de su cabeza se movía hacia todas partes, ¿dónde era cuando, aquel lugar especial podía estar, esa fuente de inspiración infinita que lo llevase a algún lugar? 
Lo único con lo que podía contar era de que sus ideas quizás lo podrían llevar hacia alguna vorágine de ideas y luego salir de ese éxtasis en tan solo 5 segundos. Definitivamente algo más que inspiración la autocrítica era algo que lo torturaba cada vez que se sentaba al escribir, siquiera su apellido y nombres en una elegante rúbrica.

-En serio sabes lo que estás haciendo, porque quiero que salga bien, tu sabes que yo quiero que ella quede asombrada con lo que hagas, así que vamos que esperas, supongo que necesitas espacio así que me estoy retirando ya...-

Aún lo recuerdas (y la recuerdas) porque justo en ese instante tu memoria se perdió, quizás para siempre en ese árbol sobre el que estabas sentado esa triste tarde, sabías que ella era tuya , pero ¿qué más podrías perder? ¿acaso era suficiente tu ojo morado, como la de un nazareno doliente? ¿Que perderías con ella?  

Era algo que casi todo el mundo sabía y la respuesta se resumía en una palabra: TODO
Y el papel seguía aunque ya no se veía el blanco puro de la que era protagonista, porque alguien había apagado la luz a pesar de que ya se había dado cuenta, aunque ahora sus ojos ya no podían más con el peso de su mente por lo que ya se había quedado dormido junto a unas manos que lo habían arropado acostando sobre su espalda una manta azul que poseía desde que tenía memoria y eran justo esas manos las que a él le daba el consuelo de seguir una magia extraña pero inconcluso

¿Que puedes perder si todavía está ahí tu madre velando ese curso de agua que nacía en las cordilleras internas ? ¿Ahora me podrías decir que perdiste? Pero aun así la soledad reinante en ese cuarto era desconsolador, trataba de poder decirle no al siglo que lo vio nacer y no solo con ese aislamiento de la que se hizo conocido sino que también le decía no a la filosofía barata y bajo el sol caminaba escribiendo historia en paredes y cielos extraños, cielos ajenos de las que era dueño pero aún así era muy placentero caminar antes por las nubes y dibujar universos en aquellos rostros serios y las fantasías que no tenían fin eran algo de lo que el pasado el había presagiado.

En el estado neutral en el que el se encontraba aún a su cabeza se le vino ese pequeño poema que él había escrito hace mucho tiempo, quizás hace demasiados tiempos paralelos, en otra vida quizás:


Soledad unica
desamor inicial
un pequeño cause
seco de corazón
lo que querías
vuelve hacia a ti

salvaje fin
desperdiciados
y su único fin
era revelar maravillas
aunque creo que me voy
arroyo de pensamientos
por tu nombre sacro
ven en tu nombre
en su nombre
sacro y profano
índice oscuro
que era el 

una flor azul
celeste envidia
dulce agonia
aun sabes
el amor

-Es demasiado extraño, así que deja de perder el tiempo y solo te pido que te larges, please-

El se fue a un costado del jardín sobre aquellos muros desnudos y aislados y se perdió entre las cercas de madera apolillada y entro al jardín misterioso. Solo era la única manera de irse lejos de aquí.



















Comentarios