LA BREVE HISTORIA DE FAUNDEZ (en este invierno)

"La angustia es el vértigo de la libertad"



Hay un punto determinado en la vida de las personas en el que se la existencia se hace demasiado pesada. Cada día más nos cuesta creer que somos nosotros. quienes vivimos y respiramos cada segundo, cada instante. Es ese el momento en que nos levantamos con la resaca de todo lo experimentado, de todo lo vivido y queremos despertar de una realidad a la que lamentablemente no podemos regresar, realidad a la que añoramos con una desgarradora nostalgia y que vemos de repente lejana, distante, muerta...
Esta semana tan triste, descolorida y azul me ha llegado una carta, un blanquecino sobre ya arrugado por la humedad ahora seca que tan solo lleva como indicio de mi pertenencia una inscripción tan simple como obvia: "Para Durero de Enrique, Lima".
Ya habían pasado hace muchos años desde que Enrique no mostraba signos de vida, de hecho hasta ahora lo sigo recordando como si fuese aquel sensible y temeroso niño que se escondía detrás de los árboles cuando las niñas venían a los pequeños bancos que madera, sonrientes, juguetonas, moviendo sus juveniles figuras hacia el viento. Me río pero aún me sonrojo de tan solo recordar aquellas escenas, es muy raro pensar que a mi edad todavía había algo de juventud en mi corazón.

Pero sea como sea no salgo de la sorpresa de que Enrique, el buen Enrique todavía de muestras de que exista, por lo que sin apuros empiezo a abrir el maltratado sobre y de ella extraigo una vieja hoja de papel, en igual estado que el sobre, la desdoblo y la extiendo mientras camino hacia la sala y me arrecuesto sobre un pequeño sillón.
Veo con claridad las pequeñas letras azules y difuminadas que parecer decir tanto en aquel pequeño pedazo de papel, lo que explica la pequeñez de sus letras, sin dar tiempo a distracciones me propongo a leer:

"Inglaterra, 29 de Enero del 25


Mon seul ami....


                           Querido Durero, se que desde hace mucho que no has oído de mí y la verdad eso ni siquiera me preocupa, se que desde hace 10 años desde aquella alegre y frustrante fiesta de promoción no has dirigido palabra alguna, a pesar de que nunca lo hayas hecho, o mas bien que nunca me hayas hablado porque estoy seguro que tu siempre me escuchabas cada vez que te fastidiaba la existencia con mis problemas, que ahora no vienen al caso.
Si pensaste (aunque séa por un instante) de como me fue aquí te cuento lo más resumido que pueda, de toda esta travesía.
Una vez terminada la secundaria me fui a vivir con mi tía Ana, la que vendía dulces y pasteles en una pequeña tienda, para poder disfrutar de unas merecidas vacaciones, que estrepitosamente terminaron cuando en medio de una pelea en la pequeña cas me entere de lo que sería el inicio del fin: mis padres oficialmente se divorciaban.
El proceso no fue fácil y de hecho la tenencia la tuvo mi madre pero decidí quedarme con mi tía hasta que un día decidí prepararme en la Universidad.
Otro mundo y otras experiencias me aguardaban aunque fue casi igual que el colegio: me dedique por aquel entonces a la literatura dedicando las sendas horas de mi soledad a la lectura de Chéjov, Dostoievski, Borges, Joyce, Neruda, pero nada comparable a los poemas de Vallejo, el varón de dolores.
Y si de dolor se trata, creo que he sido un extraño imán para el: murió mi padre en un accidente de coche aunque su cuerpo nunca se encontró, mi tía falleció de causas naturales y la casa, cual fantasma, se empezó a caer a pedazos, mudandome a la casa de una amiga y su pareja, a la cual llamaba cariñosamente"Lune" (y de la que anduve dolorosamente enamorado) quienes me dieron casa, comida ,abrigo y amor (¿?)
Días dorados  que concluyeron de la forma mas horrible cundo terminaron su relación y ellas se turnaron para acostarse conmigo al son de unos viejos discos de grunge noventero.
Por medio de un amigo decidí irme a Inglaterra, donde iniciaría un extraño camino que casi nunca hubiese podido imaginar.
En algunos barrios pobre de Londres fue donde conocí muchas cosas que no sabía: la música, el punk, los clubes, la Factory, en fin. Así fue como empecé a mutar como alguno de ellos y matar a mi yo del pasado, empecé primero a escuchar unas viejas canciones, conocer a algunas chicasa "malas" quienes me acosaban por mi tranquila personalidad, y me  dejé abusar muchas veces por "Kate Kristal" y empece a ver la vida del color del humo blanco y las variantes multicolores alucinaciones y sueños húmedos con "Aelita" y "Good-diva".
¡No te imaginas el vivo sentimiento de destruirse para renacer y reinventarse Duero! !No sabes lo que te pierdes al perder la razón, la cordura y la insoportable cultura latina!
Quisiera continuar esta carta para tratar de enviarte unos boletos para el festival de Les Incorocktibles pero se me acaba la hora y solo te digo con un melancólico adiós que a la distancia los aviones me han dicho que tu vieja amiga y enamorada Clara llegó aquí hace días para tomarle fotos al palacio de Buckingham, pero decidí invitarle a mi viejo pero decorado apartamento y aprovechar que la luz se había ido. Esa chica era parta tí porque sabe moverse salvajemente.



Quien te quiere y odia al resto del mundo :


                                                                                                                         Ernesto Faundez



Sin palabras me llevando mis ojos a cada una de las blasfemas líneas pero siento que un calor fluye, un sentimiento extraño, algo que hace que apriete mis manos sobre el papel, como si se trate de un incendio, un ataque o algo desconocido para mí siento como incendio el sillon con mi carácter, me levanto y rompo el papel en mil pedazos lanzando un nombre hacia la ventana rompiendo el cálido silencio del invierno, donde ahora la nostalgia se mezcla con una tristeza una rabia y una ira que hace un volcán explote maldiciendo mi existencia:

- ¡MALDITA CLARA! !MALDITA SEAAAAAA! !Te di todo de mi hasta la última gota de sangre! !PUDRANSE TODOS! ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

Derribo de un manotazo todo lo que  estaba en la meza arrojó las almohadas en la que estaba sentado y arrojo el sillón rojo contra la cómoda volando por los aires los adornos y los roperos, gesticulo por todos lados con un silencioso grito hasta acercarme al mostrador y con una escoba empiezo a romper vidrios, adornos , ventanas; arrojo la vitrina al suelo y rompo la escoba contra un antiguo jarrón para luego descolgar los  cuadros con puñetes y romper los paraguas de la entrada deshaciendo en añicos la mesa de la entrada. Rompo el teléfono masticando los cables y arrancar las cortinas junto con el bate que se hallaba bajo el escalón, rompo las paredes y rompo el papel tapiz cogiendo un cuchillos del comedor sin dejar de traer la alacena al suelo, quebrar mis vajillas y quebrar la tubería a punta de golpes.
Sin pensarlo dos veces miro con mis manos ensangrentadas el galón de gas y sin pensarlo dos veces lo arrojo sobre la calefacción expulsando el nombre de mal agüero una vez más: ¡CLARAAAA!



Empiezo a sonreír estúpidamente emocionado mientras que las llamas ya no me deja ver ni reconocer las puertas o las ventanas, lo único que se es que ni el sol de mi amor por ella quemaba tanto.



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